martes, 4 de noviembre de 2014

Tagliatelle (o sea, tallarines) con salsa de Guinness y hongos.

La cerveza Guinness es uno de mis vicios confesables. Me encanta su espuma densa y cremosa y su sabor profundo, oscuro y lleno de matices. La probé por primera vez hace ya un montón de años y automáticamente se transformó en mi cerveza favorita. Uno de mis momentos de felicidad perfecta, esos que se atesoran en la memoria y ayudan a sobrellevar las horas malas, fué una tarde de primavera en un garito llamado The White Lion, junto al mercado de Covent Garden en Londres, con una pinta de Guinness en la mano y Maite a mi lado. De existir el cielo debe parecerse a eso.


Por si tuviera pocas virtudes, la cerveza Guinness es sorprendentemente versátil como ingrediente para cocinar. Hace bastantes años, cuando yo era un cocinillas imberbe y recién emancipado, mi receta estrella era muy parecida a esta y aunque su aspecto era bastante menos apetitoso, era una pasada ver a mis amigotes repetir mientras quedaba pasta en la fuente. Para esta ocasión y aprovechando que mi madre me había dado unos hongos (níscalos, robellons, Lactarius sanguifluus, etcétera) le he hecho unos ligeros retoques y la verdad, ha quedado resultona.

Necesitaremos:
  • 250 g. de tallarines frescos.
  • 50 g. de panceta.
  • 100 g. de hongos.
  • Media pinta de cerveza Guinness.
  • Tres o cuatro cucharadas de salsa de tomate.
  • 1 diente de ajo pelado y asado.
  • Cuatro o cinco avellanas tostadas.
  • Una de cucharada de pan rallado.
La elaboración tiene poco misterio:
  • Doramos la panceta en una sartén con una cucharada de aceite de oliva.
  • Bajamos el fuego y junto con la panceta salteamos los hongos cortados en tiras.
  • Añadimos la salsa de tomate.
  • Añadimos la cerveza y subimos el fuego para que la salsa vaya reduciendo.
  • Este sería un buen momento para poner a cocer la pasta en abundante agua salada el tiempo que indique el fabricante. Al ser pasta fresca suele ser poco tiempo, en torno a los dos minutos.
  • Preparamos una picada con el diente de ajo asado, un chorrito de aceite de oliva, las avellanas, el pan rallado y un poco de la salsa.
  • Añadimos esta picada a la salsa para ligarla.
  • Escurrimos la pasta y le damos unas vueltas junto con la salsa para que se integren bien los sabores.
  • Servimos bien caliente.
  • Hemos usado media lata de Guinness para la salsa, este sería un buen momento para beberse la otra media si no  lo hemos hecho ya.
Ojo cuidao.
  • Si nos hemos bebido la media lata de Guinness no pasa nada, nos podemos abrir otra.
  • Recomiendo usar pasta fresca siempre que sea posible. Es fácil encontrarla en la sección de refrigerados y el resultado es muchísimo mejor.
  • La panceta mejor de la carnicería. Yo cometí el error de comprar una bandeja en el supermercado y aquello ni era panceta ni era na.
  • ¿Sirve beicon ahumado de ese que le ponemos a la "carbonara"? Hombre, como servir, sirve, pero yo no lo recomiendo. Las notas organolépticas (¡toma ya!) que nos daría el "ahumado" del beicon ya las aporta la cerveza.
  • Ojo con los niños. Aunque el alcohol de la cerveza se evapora, esta receta tiene un fondo amargo, parecido al que nos deja en la boca el chocolate negro y aunque es muy ligero puede que no guste a todo el mundo. Ese mismo toque amargo es el que te empuja a repetir mientras queda pasta en la fuente.
  • Si no tenemos hongos vale cualquier seta, incluso champiñones. Y si tampoco tienes champiñones, pues aumentamos la cantidad de panceta y santas pascuas.




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